miércoles, 27 de septiembre de 2017

Primavera

Primavera Otro día sin clases por "tránsito cortado". Eso significa que por algún problema se prohíbe entrar y salir del penal, como así también circular por los pasillos. Estos problemas tienen siempre que ver con peleas dentro de los pabellones, o entre pabellones, o en los pasillos comunes. Si te agarra afuera, no podés entrar. Si te agarra adentro, no podés salir. Existe una relación directa entre los días lindos y los problemas en el penal. En los días lindos la violencia se presenta con mayor facilidad. Desde septiembre/octubre empieza la temporada de tránsito cortado. Influyen, claro, otros factores: la cercanía de las fiestas, las vacaciones, la asignación de condicionales y asistidas. La tensión cotidiana en ese lugar supongo que justifica un problema en cualquier momento del año. Pero lo cierto es que a la hora de armar estadísticas, el calor trae los problemas, porque los días se ponen lindos y la necesidad de estar afuera se vuelve inaguantable. Esta cárcel es una Colonia Penal. El régimen de colonia permite pasar mayor tiempo en espacios abiertos, viendo el cielo y sintiendo el sol. En Ezeiza (máxima seguridad) un alumno me contaba que "podía ver el sol sin barrotes" una vez por semana, durante una hora, en una cancha de fútbol. Acá tienen mucho espacio para ver el horizonte sin las limitaciones inmediatas de los muros. Estudios indican que una persona viviendo entre muros durante mucho tiempo comienza a tener problemas de visión debido a la imposibilidad de mirar algo lejano. Todo termina cerca, en un espacio cerrado. Saliendo de ese espacio aparece otro espacio cerrado y así. Un horizonte siempre inmediato. El régimen de Colonia es una alternativa, la posibilidad de un horizonte. Para que una Colonia pueda funcionar como tal, el nivel de control debe ser menor, con más libertad de desplazamiento por parte de los internos. Los presos se quejan de que esta colonia no funciona como tal, que las autoridades del penal se comportan como si estuvieran en un penal de máxima. El servicio penitenciario justifica el endurecimiento de la seguridad con los constantes problemas de los internos. No entiendo muy bien qué vino primero, qué hecho generó que cosa, pero lo cierto es que la tensión está siempre presente. La escuela se encuentra siempre en el medio, negociando espacios y conductas en medio de una disputa territorial. Entonces llega la primavera en este contexto y la cosa se pone brava. Tiene lógica: cuando está lindo uno tiene ganas de salir. Estando encerrado, esas ganas se deben multiplicar por un millón. Cuando está lindo y se acerca navidad o año nuevo y toda la familia se junta, ni me quiero imaginar. Hoy amaneció frío y lluvioso. hasta el mediodía estuvo así. Después se puso lindo, templado con un sol hermoso de esos que dan calor sin campera. Las clases arrancaron con normalidad los primeros módulos pero a mitad de jornada se pudrió y suspendieron las actividades en la escuela. transito cortado, no vengas. Un día de lluvia un alumno miró las innumerables goteras y me dijo: "parece mentira, llueve más adentro que afuera".

martes, 19 de septiembre de 2017

Lenguaje

Dos presos se encuentran en el pasillo y uno le agradece al otro: "gracias hermano, me salvaste las papas". Mientras espero a que el guardia me abra la puerta escucho unos segundos más y me sorprende la literalidad de la charla: uno le había guardado las papas en el almuerzo porque al otro se lo había llevado la requisa a medio almorzar

Hay un alumno que me dice Martín Fierro. No hay dos planos: como les llevé el Martín Fierro ahora soy Martín Fierro.

Trabajamos con cuento policial y alguno se anima a acusarme de ponerme la gorra y llevar cuentos de cobanis.

Se pierden las capas, los niveles de sentido.

A la vez se incorporan términos carcelarios que indican pertenencia al grupo. Estas palabras son, antes que nada, ejercicios de lenguaje: cobani, lavataper y vaca rallada son neologismos creativos y usarlos implica manejar un código de filiación con el grupo.

Despersonalización, le dicen. Alguien olvida rápidamente todo lo de afuera que no sirve y aprende todo lo necesario para sobrevivir. Se transforma en otro.
Veo a un chico con un colchón blanco parado en la puerta de entrada de un pabellón.

-¿Cómo es su nombre?

-J… Dice muy bajito. Paso caminando a tres metros y puedo darme cuenta del miedo.

-¿cómo dijo?" Pregunta el guardia, más fuerte.

-J… 
-Ahora el celador lo va a ubicar. Y hable más fuerte que el lugar es grande.

En la escuela cambian el registro. Dejan de hablar en tumbero y me tratan de usted. Conviven en democracia y olvidan momentáneamente las broncas entre pabellones.

Entra uno de afuera al aula. Saluda a los alumnos, me saluda a mí y se va. No entiendo nada pero sé que algo pasó. Esa escena de 5 segundos fue un mensaje a alguien. La puesta en funcionamiento de una lengua que no conozco.

Me agradecen por haber ido.

A veces salgo pensando que ahí adentro enseño una lengua extranjera.

Aproximaciones a la definición de unidad penal


Entro al aula y los alumnos estaban intentando subir el calefactor. Recuerdo que el año pasado no hubo calefactor en el aula hasta agosto, más o menos, y por el agujero de la pared entraba un frío que no te puedo explicar. Hay olor a gas.
_ ya está profe.
A mitad de la clase entra otra profe por cuestiones administrativas al aula y casi se cae de espaldas por el olor a gas que había dentro. Nos ordenó abrir todo inmediatamente. Así lo hicimos.

La cárcel es eso. O más o menos eso. Es como un gran establecimiento con una importante fuga de gas. Apenas entrás la sentís, pero paulatinamente te vas adaptando hasta naturalizarla.
Un día alguien prende un encendedor y te acordás por las malas, o nadie prende nada y entonces te vas durmiendo de a poco.